viernes, 6 de diciembre de 2013

Rita en el corazón: a tres años del homenaje


Hoy, 6 de diciembre de 2013, se cumplen 3 años de “Rita en el corazón: concierto para una guerrera”, iniciativa realizada por músicos y amigos de Rita Guerrero en la recaudación de fondos para contribuir a las consultas médicas contra el cáncer de mama que padeció la gran voz de Santa Sabina y Ensamble Galileo, evento que terminó por ser un homenaje en vida para la mujer emblema del rock mexicano y luchadora social que fue como hace constar su legado ejemplar.

Mucho se ha reflexionado en torno a la muerte posterior de Rita, el 11 de marzo de 2011, sobre todo en materia de seguridad social para los artistas independientes (carencia, deficiencia) quienes a diferencia de aquellos con posibilidad de financiación de un tratamiento en el sector privado, reducen considerablemente sus posibilidades de curación y rehabilitación, si acaso pueden acceder a una atención médica, muchas veces tardía.

Entre la muerte de Rita Guerrero en marzo de 2011 y la organización de un par de homenajes o “Tributo a Santa Sabina” entre abril y junio de 2012, que terminaría en una polémica apasionada, se había declarado que el material interpretado por Santa Sabina en el concierto Rita en el corazón acontecido en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, vería en algún momento la luz en formato de disco y video. Alex Otaola llegó a declarar que se esperaba publicarlo en 2014 para conmemorar los XXV años de formación de Santa Sabina.



Los seguidores del grupo y los aficionados al rock mexicano de los noventas, sin duda esperamos que ese material se publique en algún momento, por la emotividad que conllevó la reunión de músicos de varias generaciones y al mismo tiempo de una sola en torno a la figura de Rita Guerrero, siendo la más significativa la de tener en un mismo escenario a casi todos los músicos que aportaron creatividad a distintas etapas del proyecto inigualable que es Santa Sabina: Alfonso Figueroa (bajo), Jacobo Lieberman (teclados), Patricio Iglesias (batería), Pablo Valero (guitarra), Juan Sebastián Lach (teclados), Alex Otaola (guitarra), Julio Díaz (batería, percusión), Leonel Pérez (cello) y Aldo Max (saxofón, clarinete).
El repertorio de aquella noche repasó toda la discografía del grupo, yendo de las canciones más recientes a las primeras, en el siguiente orden:

  1. Incierto destino
  2. Plegaria
  3. Solo el mar
  4. La daga
  5. El cielo
  6. El ángel
  7. Miedo
  8. Ajusco nevado
  9. Nos queremos morir
  10. Chicles
  11. A la orilla del sol
  12. Mírrota
  13. Siente la claridad
  14. Gasto de saliva
  15. Azul casi morado



Cabe decir que Santa Sabina tiene tres materiales en directo (Concierto acústico de 1995, MTV Unplugged de 1997 y XV aniversario de 2005) dentro de su discografía, pero cada uno corresponde a momentos puntuales de su carrera y ninguno es el típico recopilatorio de éxitos, ya que el grupo en sus diversas facetas y formaciones recreaba siempre un repertorio diferente. Además en grupos de culto como es el caso, los éxitos son indudablemente subjetivos.

A este material, por ejemplo, podrían enriquecerlo además del concierto íntegro de Santa Sabina, muestras en video de las colaboraciones de los amigos de Rita esa noche del 6 de diciembre, donde destacaron La Lupita, Maldita Vecindad, Café Tacuba, Fratta, Julieta Venegas, Lo Blondo con Zoé, Monocordio, Jaime López, Alonso Arreola, Gabriel “El Queso” Bronfman o Natalia Lafourcade, sin olvidar por supuesto los temas interpretados por Rita de música barroca al lado de Manuel Mejía (laúd), Josafat Larios (percusiones) y Leonel Pérez (cello), parte del Ensamble Galileo.




Mientras tanto, la espera se alimenta con la escucha siempre profunda de la voz inmortal de Rita, envolviendo de belleza el entorno.

domingo, 20 de octubre de 2013

Rita Guerrero, una flor de luz


Estar lejos de tu país, en un aislamiento relativo, en un espacio personal más o menos silencioso y tener como principal compañera a la música con distintas voces e instrumentaciones, es una sensación complicada de expresar, pero fácil de entender para quienes la han vivido.
Más que banderas, héroes o íconos, hay quienes llevamos como seña de identidad aquellas personas, lugares y vivencias que han forjado nuestro ser más allá de cualquier frontera. La iconografía nacional lejos de casa puede causarte identificación o recordarte lo ajeno que eres a ciertas imágenes de tu propio país. La iconografía personal en cambio te acompaña a todas partes donde vas y no se desprende ya del interior porque es la pertenencia elegida, el espejo donde te reafirmas.
Rita Guerrero es para mi una imagen de mucha fuerza, sus fotografías reflejan ese ser tan especial que es, que sigue encantando por mostrar una belleza enigmática. Es una mujer que representa tanto: su arte incorrupto nos ha dado luz frente a la desesperanza de un tiempo desencantado, en medio de las paradojas de la incomunicación de un mundo que se dice lleno de progreso y de un país que sigue pagando con hambre a quienes le han dado su raíz más sólida. Como guerrera que fue en vida, nos demostró que la solidaridad a través del arte, puede seguir marcando la diferencia social. Su presencia y su voz siempre fueron generosas, tanto, que nos sigue dando las dosis necesarias de belleza cada vez que la escuchamos.
El canto místico de Rita Guerrero sigue transportándonos lejos, a lugares y momentos de vidas anteriores, a tiempos lejanos dentro y fuera de México. Es parte de la generación de quienes vivimos actualmente, pero su alma sobrevolaba otros siglos también. Desde ese canto inquieto y desgarrado del primer disco de Santa Sabina hasta la serenidad y plenitud de su voz en los registros de Ensamble Galileo, Rita hace navegar al escucha por mares diversos: turbios, en calma, con la incertidumbre del altamar o con la esperanza de vislumbrar un puerto de refugio, como la vida misma, con sus matices de intensidad.
Rita canta y el interior fluye, es fuente de ejemplo e inspiración, sin duda es inmortal porque cada vez que vuelve a vibrar su voz deja un halo de encanto, una estela en el alma. Rita sigue viva en todos aquellos que nos dejamos tocar por su talento, más allá de sus interpretaciones, porque nos dejó claridad: del ritual y el respeto que merece el arte para ser completo, de la disciplina que hay detrás de todo esfuerzo, de la empatía que merecen las personas que queremos tener cercanas, de la belleza hecha texto, poesía, canción, imagen, imaginación…

¿Cómo cambiar el rumbo de las palabras? La flor se transforma, persigue tu olor… Rita compuso palabras y les dio la justa interpretación, seguramente no lo supo del todo consciente en ese momento, pero ella se transformaría alquímicamente en una flor de luz para sus escuchas, para dejar un legado cultural a su país, a su tiempo y a la humanidad misma, rompiendo las fronteras, porque para la sensibilidad y para el arte éstas no existen.




lunes, 9 de septiembre de 2013

LA CANTANTE (cuento, por Rita Guerrero)



La mujer, de unos cuarenta y siete años, vivía sola en una casa grande y antigua. Aparentemente, porque nunca se veía a nadie más en aquella enorme propiedad. De vez en cuando se le atisbaba a través de las cortinas sentada al piano: poseía una voz extraordinaria. Tocaba para acompañar su canto. Cantaba de una manera particular, porque a veces no eran precisamente notas lo que su voz emitía, sino como ruidos, lamentos, no sólo de personas, también de animales. Así pasaba de melodías suaves, con una voz dulce y nítida, canto de sirenas, a ruidos extraños, malignos podría decirse, como si de una tortura tratárase o de una manera brutal y salvaje estuviera siendo poseída. Era una gran cantante, pero en aquel poblado pequeño donde vivía no era muy conocido su trabajo y nadie imaginaba siquiera quién era. Se ausentaba grandes temporadas y su casa quedaba vacía, pero a pesar de ello, por las noches se oían los cantos, los ruidos o lo que fuera aquello que ella emitía. A la gente le aterraba la idea de pasar cerca de aquel inmueble ya que, aunque solitario, en el fondo se sabía perfectamente que algo de esa mujer estaba ahí en su ausencia.

Mientras tanto ella viajaba por el mundo ofreciendo su canto y su arte: la gente conocía esa música a través de discos. Su público era un tanto selecto, porque no a todos gustaba, y de hecho había a quienes les repugnaba. Pero en cualquier país al que viajaba había quienes la adoraban y apreciaban mucho su talento.


En una ocasión visitó mi país, y una amiga y yo asistimos al concierto. Nos dejó impresionadas, yo no podía creer que existiera un ser humano con una voz tan maravillosa. Poseía un registro enorme, que iba de los graves a los agudos con gran habilidad. Cambiaba su timbre de voz en una misma pieza que daba escalofrío; algunas veces parecía tener una voz grave, gruesa casi como la de un cantante negro, y luego se trasladaba a unos sobreagudos de soprano ligera, pasando por distintos matices en su registro medio y masticando las palabras de una manera particular, exagerando las consonantes. También tocaba el piano espléndidamente. Todo esto acompañado de una fuerte emotividad: cada canción, cada compás, cada nota eran intensos, profundos, llenos de pasión.


Al final bajamos al camerino, pues queríamos felicitarla y mi amiga, que escribe para varias publicaciones, tenía deseos de entrevistarla, así que fuimos con la esperanza de poder acordar con sus representantes una cita y, de paso, aprovechar para saludar a la gran artista que nos acababa de cautivar.


Después de muchas dificultades logramos estar en una salita afuera de los camerinos, y nuevamente nos volvió a sorprender aquella mujer: su físico, su actitud, toda ella. Es normal que los artistas cambien abajo del escenario y más cuando tienen un manejo intenso de emociones, pero en este caso el contraste era fuerte sobremanera, sentíamos que no cuadraba en nada la persona que habíamos visto en el recital con la que teníamos enfrente, con la de las fotos, de los discos, de los videos. Tenía una cara de bondad, de humildad, y era amable. Siempre pensamos que iba a ser una persona dura y que hasta miedo nos provocaría tenerla cerca. Su música oscura, sus letras, la poesía a la que recurría en algunas canciones, su maquillaje, su forma de vestir, todo parecía hasta ese momento haber sido lo opuesto a lo que ahora percibíamos de ella. Me quedé sin habla, simplemente la observaba, veía cómo la gente la felicitaba, cómo ella agradecía tantos halagos de la forma más sencilla y sincera. No podía dar crédito a lo que veía, no podía creer que estaba a unos metros de ese ser maravilloso, dotado de una voz de otro mundo.


Así transcurrieron algunos minutos y poco a poco el lugar fue quedando vacío, tanto que cuando quise buscar a mi amiga, no la encontré. Cuando regresé a la pequeña salita ya nadie había, mas yo seguía hipnotizada y no supe qué hacer. De pronto me llegó de lejos una luz tenue que salía de uno de los camerinos con la puerta entreabierta. Me acerqué. Fue enorme mi sorpresa al descubrir que era el camerino de la cantante. Sentí mucha curiosidad de seguirla viendo, no sé para qué, pero había algo que me atraía, una fuerza que me obligaba a entrar a ese lugar tan íntimo.


Ahí estaba, frente al espejo. No había ninguna luz encendida, sólo tenía dos velas a cada lado. Me acerqué lentamente y muy poco, pues temía que se molestara por irrumpir en su espacio. Cuando pude verla más cerca, me volvió a sorprender, porque ahora era de nuevo la del escenario, transformada en aquella mujer dura y bella a la vez, con rasgos afilados que casi emanaban luz propia. Estaba concentrada despojándose de algunas de las joyas que llevaba, pero de pronto se percató de mi presencia y se volvió para verme a través del espejo. Yo me asusté mucho, pues no esperaba encontrarme así, con su mirada, frente a frente. Creí que se iba a molestar, pero para mi asombro, sonrió y me dijo:


– ¿Quieres pasar?


No supe qué hacer. Me sentí avergonzada de que me descubriera observándola en aquel momento de tanta intimidad después del concierto. Pero era tan importante en ese momento para mí conocerla, estar cerca de ella, saber por lo menos un poquito del secreto de esa voz que me obsesionaba, que entré y me senté. Pese a su amabilidad, yo continuaba en un trance y no podía emitir palabra mientras la veía. Se dio la vuelta y empezó a hablarme:


– Tú cantas, ¿verdad?


No pude decir nada, ya que después de escucharla, yo no podía decirme cantante, me sentía completamente alejada de ello, pero asentí con la cabeza, porque era verdad: yo cantaba, a eso me dedicaba.


– No te sientas mal –me dijo–, no creas que la voz que tengo es algo natural. Ven, acércate, te quiero enseñar algo.


Me acerqué un poco temerosa, pues ya de por sí estaba muy próxima.


– Mis cuerdas vocales no son como las de toda la gente.


Cuando estaba muy cerca de ella para ver lo que quería mostrar, me tomó con una mano de la cintura y con la otra me empezó a acariciar la garganta.


– No es tan fácil tener una voz así. Me ha costado mucho trabajo y he tenido que hacer  mucho daño, incluso

En ese momento ya no sabía qué hacer y empecé a sentirme aterrada, pues ella estaba transformada, su rostro tenía un gesto maligno, de ansiedad, de hambre.


Necesito tu voz para seguir conservando estas que tengo.


Yo ya no entendía y lo único que quería era salir de ahí corriendo, pero no me podía mover, estaba paralizada de miedo. Sus ojos tan cerca, clavados en los míos, su rostro feroz y hermoso al mismo tiempo, se acercó lentamente y me besó, con un beso largo, suave y luego intenso. Yo no me podía mover, pues también encontraba un enorme placer que me recorría todo el cuerpo, flotaba, pero era tan placentero que empezó a ser malo, de repente sentí cómo su lengua empezaba a crecer y a ir más adentro de mi boca, ahogándome y arrancándome algo por dentro. Caí desmayada.


Ya no supe de mí hasta que llegó mi amiga y me despertó. La cantante desapareció, las luces estaban encendidas y yo yacía tirada junto al tocador con un poco de sangre en la boca. Mi amiga se asustó mucho y me preguntaba qué había ocurrido. Yo no respondí, ni a ella ni a nadie, porque nunca pude volver a emitir sonido alguno. La cantante me robó la voz: ahora forma parte de esa combinación de registros que ella posee.



Colaboración de Rita Guerrero para la revista Fixiones, en 2004.
Ilustración: Rocko

jueves, 14 de marzo de 2013

Disco del Coro de la Universidad del Claustro de Sor Juana dirigido por Rita Guerrero

La Universidad del Claustro de Sor Juana edita en 2009 un disco del coro dirigido por Rita Guerrero, y que hoy lleva su nombre, en honor a la labor incansable que hiciera en forjar el amor por la música antigua y virreinal a sus integrantes.


El disco incluye 15 temas:

CANTIGAS DE SANTA MARÍA, ALFONSO X EL SABIO (1221-1284)
1. A Virgen Madre de Nostro Sennor CSM - 41
2. Par Deus CSM - 282

LLIBRE VERMELL DE MONTSERRAT, ANÓNIMO SIGLO XIV
3. Mariam Matrem
4. Stella Splendens
5. Cunctsimus concanentes

JUAN DEL ENZINA (1468-1529)
6. ¿Si habrá en este baldrés?
7. Ay, triste, que vengo
8. Daca, bailemos carillo

FRANCISCO GUERRERO
9. A un niño llorando al hielo
10. Niño DIos

HERNANDO FRANCO (1532-1585)
11. Dios itlazo nantzine (motete en náhuatl)

GASPAR FERNANDES (C. 1560-1585)
12. Zagalejo de perlas

FAVIÁN PÉREZ XIMENO (C. 1590-1647)
13. Ay Galeguiños (Estribillo / Coplas)

ANTONIO DE SALAZAR (1650-1715)
14. Tarará qui yo soi Anton (Estribillo / Coplas)

JUAN DE ARAUJO (1646-1712)
15. Si Dios se contiene en el Sacramento Estribillo / Coplas) Texto Sor Juana Inés de la Cruz


Créditos:




La biografía de Rita Guerrero que contiene el libreto dice a la letra:


Rita Guerrero
Directora

Estudió piano en la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara y la carrera de actuación en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM. Ha participado en diversas puestas en escena, por citar algunas: Compañeros de August Strindberg y Otra ópera de tres centavos de B. Brecht, dirigidas por José Caballero; La noche en que raptaron a Epifanía de Gerardo Mancebo; América de J. Grzegorzewski, basada en la novela de Kafka y Vox Thanatos dirigidas por David Hevia. De esta última obra nace el proyecto Santa Sabina, grupo de rock con el que ha grabado cinco discos de estudio y tres en vivo: Santa Sabina; Símbolos; Babel; Mar adentro en la sangre; Espiral; Concierto acústico; MTV Unplugged y Aniversario XV.
En el 2000 formó el grupo de música antigua Ensamble Galileo, dedicado a recrear música de la tradición sefaradí, del Renacimiento y Barroco españoles y del Virreinato latinoamericano. El ensamble ha grabado los discos: Todos los bienes del mundo y Una pieza de fuego. En 2001 interpretó El canto de la Sibila con el ensamble de música medieval Siglos pasados; en 2003 participó en el espectáculo El libro de las canciones con el grupo de música árabe La Giralda, y en 2005 colaboró como soprano con el grupo Segrel para grabar el disco Antigua lírica popular hispánica, siglos XV al XVII.
En octubre de 2005 formó el Coro de la Universidad del Claustro de Sor Juana, integrado por alumnos de las distintas licenciaturas que ahí se imparten, con quienes ha realizado conciertos dentro y fuera de la Universidad, de entre los que destacan: Concierto Navideño (2005); Muchos van de amor heridos (2007); espectáculo musical y escénico de El Canto de la Sibila y El Libre Vermell de Montserrat, Anónimo siglo XIV (2008); y Stabat Mater de G. B. Pergolesi (2009).

Santa Sabina 15 años de éxitos (disco conmemorativo)

En 2004, la disquera BMG edita un recopilatorio de Santa Sabina para conmemorar los 15 años de formación del grupo, a pesar de que no forma parte de su catálogo desde 1997 y que ha editado de manera independiente dos discos de estudio más, además de sus primeras grabaciones con la multinacional.
El disco incluye 20 temas, 19 que ya se habían incorporado a otro recopilatorio con portada verde y titulado "Lo mejor de Santa Sabina" (editado dos años antes en una colección de rock en español) con un tema adicional: Signo del deseo, inédito y sólo incluido en el Concierto acústico de 1995.


Texto interior:

"Entre escenarios y luces oscuras, se reconoce la figura de una mujer y cuatro personajes más, los cuales se envuelven en sonidos continuos y una voz mística y sensual que te transporta a diferentes atmósferas y extremos, mismos que dan abrigo a imágenes vivientes que expresan a través de la música el exquisito sentido de hacer Rock. Y realizarlo no es una cuestión sencilla: Una propuesta de Rock nace, crece y se alimenta. Así Santa Sabina difunde su música. Su evolución ha sido una constante que abarca desde lo cotidiano hasta lo más profundo del ser, por lo que sus letras demuestran un sentido muy particular de hacerse: son intensas pero con un toque que va desde lo espiritual y místico, hasta llegar a lo circunstancial, en el que reflejan diversas situaciones de la vida.
Definirlos en una sola palabra sería difícil. Santa Sabina logra atrapar el sentimiento de la incertidumbre y así cuando todo es diferente e improbable, las ganas son muchas de manifestar emociones de una vida que se expande o se contrae.
Festejemos juntos los 15 años de una de las bandas de Rock más controvertidas, concebida desde 1989 con una alineación integrada por: Rita Guerrero (voz y letra), Patricio Iglesias (batería), Alfonso Figueroa (bajo), Pablo Valero (guitarra) y Jacobo Lieberman (teclados), tiempo después estos dos últimos músicos son sustituidos por Alejandro Otaola y Juan Sebastián Lach. Posteriormente éste último deja la agrupación. En la actualidad Santa Sabina está conformada por: Rita Guerrero (voz y letra), Leonel Pérez (cello), Julio Díaz (batería), Alfonso Figueroa (bajo), Alejandro Otaola (guitarra) y Rodrigo Garibay (saxofón y clarinete).
Descubre la esencia de Santa Sabina a través de su música en este disco conmemorativo".


Tracklist:

1. Azul casi morado (Santa Sabina, 1992)
2. Miedo (Símbolos, 1994)
3. La garra (Babel, 1996)
4. Siente la claridad (Santa Sabina, 1992)
5. Los peces del viento (Babel, 1996)
6. No me alcanza el tiempo (Santa Sabina, 1992)
7. Nos queremos morir (Símbolos, 1994)
8. Mírrota (Santa Sabina, 1992)
9. Babel (Babel, 1996)
10. Labios mojados (Santa Sabina, 1992)
11. Qué te pasó (Santa Sabina, 1992)
12. Olvido (Babel, 1996)
13. Chicles (Santa Sabina, 1992)
14. Una canción para Louis [Vampiro] (Símbolos, 1994)
15. A la orilla del sol (Santa Sabina, 1992)
16. Gasto de saliva (Santa Sabina, 1992)
17. Yo te ando buscando (Santa Sabina, 1992)
18. El ángel (Babel, 1996)
19. Estando aquí no estoy (Símbolos, 1994)
20. Signo del deseo (Concierto acústico, 1995)

domingo, 10 de marzo de 2013

Rita Guerrero: a dos años de su partida


¿Cómo cambiar el rumbo de las palabras?
La flor se transforma, persigue tu olor.
¿Cómo cambiar el curso de mis manos?
La flor se transforma, ya es parte de mí.
 
(Ojala fuera tu voz, Rita Guerrero)
 
 
 

 



 

















 
 
 


 


 
Yo voy detrás del ardiente sol
la intensidad de su luz
incendio de mi fe.
Yo soy el velo que va a caer
reflejo de un cielo azul
que nadie puede ver.
 
(El cielo, Adriana Díaz Enciso)

viernes, 22 de febrero de 2013

Adriana Díaz Enciso



Adriana Díaz Enciso es una escritora mexicana nacida en Guadalajara (1964) y afincada desde 1999 en Londres. Estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, en el ITESO (Guadalajara) y su manera de expresar sus inquietudes han sido diversas.

Sus inicios profesionales los ejerció en radio: de 1983 a 1987 fue productora y conductora del programa Dimensión del rock, para Radio Universidad de Guadalajara. Después trabajó como guionista para el programa de televisión La Hora Marcada, en México, y para Radio Educación y Radioactivo en la Ciudad de México.

Adriana es ampliamente reconocida en el gremio del rock mexicano por ser autora de las letras de varias canciones de Santa Sabina, incluidas en los discos Santa Sabina, Símbolos, Babel, Mar adentro en la sangre, Espiral y en sus tres discos en vivo. Asimismo fue guionista de la puesta en escena y de las presentaciones de algunos de estos discos del grupo liderado por Rita Guerrero.

Sus libros de poesía son Sombra abierta (Departamento de Bellas Artes del Gobierno de Jalisco, 1987) Pronunciación del deseo (de cara al mar) (Universidad Nacional Autónoma de México, colección El ala del tigre, 1992), Hacia la luz (Ditoria, 1997) Estaciones (Colibrí, 2004) y Una rosa (Ediciones sin nombre - Cuadernos de la salamandra, 2010).

Adriana ha publicado tres novelas bajo los títulos La sed (Colibrí, 2001), Puente del cielo (Random House/Mondadori, 2003) y Odio (LunArena, 2012) así como el libro Cuentos de fantasmas y otras mentiras (Aldus, 2005) y el ensayo El libro, la ciudad (Taller Ditoria, Guadalajara). Otra parte de su obra se incluye en diversas antologías publicadas en México, Estados Unidos, España, Reino Unido, Italia y Argentina. En 2006 fue semifinalista del premio internacional Herralde de novela.

Su expresión por medio de la palabra es amplia, además de su obra personal ha sido colaboradora en diversos medios impresos, destacando su participación en periódicos y algunos suplementos mexicanos en La Jornada, Milenio, Reforma, unomásuno, Novedades y en revistas como Universidad de México, Switch, La Mosca en la Pared, Lateral (España), Poetry London y Wormwood (Reino Unido).

Adriana ha sido docente de literatura inglesa en la Universidad del Claustro de Sor Juana (ciudad de México) y ha dirigido diversos talleres y cursos literarios en México y el Reino Unido.

Para una lectura más detallada y amplia de su trabajo, es recomendable visitar su sitio oficial:


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A continuación transcribo un reportaje dedicado a Adriana, aparecido en la revista “Códice Rock” (del tianguis cultural del Chopo) en el año 1994, escrito por Gabriela Nava.



BREVE HISTORIA DE UNA POETISA: ADRIANA DÍAZ ENCISO


Hace algún tiempo el viento trajo hacia mí un canto que decía:


Déjame beberte
Tengo sed de saber
tu razón de entregarte

Desde la primera vez que escuché esas palabras interpretadas por Rita Guerrero, quede absorta, anonadada; siempre he sentido una enorme pasión por las sangre, la noche; no existe nada más excitante para mí que un vampiro, mezcla de temor, deseo, dolor y placer.

Adriana Díaz Enciso, inspirada en el libro Confesiones de un Vampiro de Anne Rice, es la autora de esta y otras canciones que SANTA SABINA se encarga de hacernos llegar; esta autora despertó en mí un gran interés por ser una verdadera creadora y por la atracción que sentimos ambas por esos seres que sollozan en la oscuridad: los vampiros.

ADRIANA: "Conocí a SANTA SABINA, desde hace algunos años, mi relación con ellos se dio de una forma casual, incluso fui su representante durante un año; hace como cuatro años me dieron una cinta con música y escribí la letra, después hice con Rita un espectáculo de cabaret, colaboré con ella haciendo casi todas las letras de las canciones que conformaban el espectáculo".

Adriana no sólo escribe canciones; es autora de dos libros de poemas: Sombra Abierta y Pronunciación del Deseo.

ADRIANA: "Escribir canciones es más directo, siempre platico con Rita de lo que se quiere hablar y voy sobre ese tema, es muy divertido, me gusta mucho hacer canciones, porque trato de hablar a través de personajes y de alguna manera me mimetizo con ellos".


LUZ DEL MAR

Báñame de sol señor del mar
calma en mi esta sed de fin
hazme tuya, pez en tu boca
espuma en tu piel
Blanca, soy del mar como tú


ADRIANA: "Rita quería una canción de seres que vivieran en el mar; yo en esa época leía muchos poemas del romanticismo y había mucha relación entre estas cosas; la canción es de un Dios marino y una mujer que se entrega al mar".

Es interesante conocer la opinión de una poetisa que inventa canciones sobre la gente que escribe el rock en nuestro país.

ADRIANA: "Casi nunca escucho rock mexicano, en Guadalajara tuve un programa de rock en el radio, tenía más contacto con él y hasta me entusiasmaba el movimiento; pero me ha decepcionado, es muy mediocre el nivel de letras y de música; se han conformado, no se dan cuenta de que la fama les llegó por la avidez del rock que había en México y se quedaron en la promesa".

Hay personas que no se involucran e incluso repudian composiciones como las tuyas y prefieren letras, digamos....simples, ¿qué piensas al respecto?

ADRIANA: "Creo que es cuestión de sensibilidad, ese tipo de canciones son muy adolescentes y mucha de la gente que compone así ya no lo es; no entiendo el afán de dedicarle tanta energía a algo así, es patético quedarse en la niñez eterna; el rock empezó con una juventud guerrera, no grosera".


ALAS NEGRAS

Ave de mi dolor
arrójame en el mar
para no ver el fin
Trágame para dormir en paz.


Era muy tarde, una noche muy oscura, el dolor se alojó en mi alma, escuché Alas Negras y me senti parte de ella; al encontrarme platicando días después con Adriana, no pude evitar la pregunta, ¿cómo nació esa canción?

ADRIANA: "Acababa de tener un truene el mismo día que mis gatos mataron a un pájaro, así que puse la letra y después con la melodía desarrollé el tema".


VAMPIRO

Nocturno Dios
no hay más credo para mí
Nocturno Dios,
piedad; déjame morir.


"Mis poemas igual que las canciones tienen una tendencia obscura, pero en los poemas no cuento historias de otros personajes y quiero salir de eso, quiero que el asunto no sea tan personal y hacer canciones me ha llevado mucho a eso".


DESPERTAR A LOS MUERTOS

Y mi lengua envenenada
muerde tu piel, tu corazón
Sé que te escaparás
nada me queda por decir
tú eres así.


"Despertar a los Muertos fue una canción muy fácil, Rita tenía el tema relaciones amorosas y me inspiré en No Despertéis a los Muertos de Ludwig Tiezk es un cuento de vampiros y lo recreé en la canción".

¿No te sientes como una sombra al pensar que mucha gente conoce tus poemas sin saber quién es la autora?

ADRIANA: "No, en primer lugar todos en Santa Sabina han sido muy respetuosos, siempre se me han dado créditos, para mi ha sido tan padre ver que la gente se sabe mis canciones; además las canciones le llegan a mucha gente que nunca va a leer mis libros".

¿Qué literatura es la que te alimenta?

ADRIANA: "Autores románticos y literatura de terror, leo mucho a los simbolistas franceses; los románticos, Lord Byron, Shelley, me gusta mucho Paz, Eduardo Milán; toda la riqueza literaria que hay en México debería enriquecer al rock mexicano. El romanticismo es la manera en la que me gusta ver al mundo, creo que el último gran movimiento romántico se dio en los 60's y me identifico mucho con ellos, me encantaría que eso resurgiera, pero lo veo muy difícil, aquel tiempo fue muy romántico en sus ideales, exigencias y en su búsqueda estética".

Fuera de este ambiente lúdico, muy lejos de un mundo agonizante, fuera de la alegría, del dolor, de la nada, de la hipocresía, ahí... en ese universo impregnado de misticismo, vive con todos los poetas Adriana Díaz Enciso


martes, 1 de enero de 2013

Espiral, ofrecimiento sonoro de Santa Sabina


Espiral. Las vueltas de la experiencia humana, de un círculo al otro en pasaje continuo entre los cielos y los infiernos de cada historia. El camino, y los retornos del camino. No el horizonte plano y vacío, sino el misterio oculto tras cada curva, a cada paso. Y finalmente el ascenso: subir por la espiral que atraviesa el cielo, que al dejar atrás esa soledad que es páramo e incertidumbre, llega un poco más arriba en cada círculo hasta tocar –en la soledad que es bosque, campo florido– lo que ya no se toca: la luz. La luz transmutada en oro.

Santa Sabina avanza por las órbitas infinitas de la espiral. Dibuja a cada trazo una curva abierta que, en un extremo, toca su origen y, en el otro, recrea, experimenta, inventa. El fruto de su travesía es esta Espiral, diez canciones con las que Santa Sabina (en su nueva alineación) invita al escucha a un recorrido incierto por el paisaje interno de sus propios laberintos.


- Adriana Díaz Enciso




Justo el día en que Venus entra en Tauro y la sensibilidad de las personas es más palpable, Santa Sabina presenta su nuevo material discográfico en una velada llena de energía. Espiral, símbolo de poder de los primeros pobladores de América, es también sinónimo del camino ascendente que ha recorrido Santa Sabina a lo largo de su historia. Círculos dentro de círculos, el humo que asciende y lleva las almas al descanso; los anillos del infierno que describe Dante. Espiral es el séptimo disco de Santa Sabina y sin embargo, es el inicio de otra experiencia.
El nombre de Santa Sabina inmediatamente refiere a un viaje de colores, sonidos y misterios. Integrado en 2003 por Rita Guerrero en la voz, Alfonso Figueroa en el bajo, Alejandro Otaola en la guitarra, Julio Díaz en la batería, Rodrigo Garibay en el saxofón y clarinete y Leonel Pérez en el cello, el grupo se encuentra en una fase de madurez iluminada como las lunas llenas del verano. Espiral es un viaje por diez canciones que invitan a recorrer el paisaje interno de los propios laberintos.
Santa Sabina también refiere inmediatamente a los espacios y elementos teatrales. Cada presentación es un ritual de misticismo y búsqueda, encuentro de músicos en eterna búsqueda con un público que curiosamente, en ellos encuentra destino. Las aspiraciones de la banda llegan a la concepción de una experiencia estética integral. Su búsqueda es una que intenta trascender las concepciones y expectativas clásicas de un concierto de rock. El objetivo es generar un estado de alerta dentro del sueño de una realidad paralela que sus seguidores conocen y disfrutan.
Para lograr estas aspiraciones, Espiral se convertirá más que en el nuevo disco en la próxima experiencia visual ofrecida por Santa Sabina. Video, movimiento escénico, proyección de diapositivas y un diseño de iluminación creativo y mágico son el complemento a las notas de cada instrumento, a la entrega ritual de Rita en cada movimiento y al concepto general de la banda en vivo. Espiral es un acto de rebeldía, rompe formas y juega a ser el material más anarquista pero compacto que la banda haya creado.


Ya es largo el camino recorrido desde aquel 2 de feberero de 1989, fecha en que el Salón de los aztecas daba fe del primer concierto de Santa sabina. Disco homónimo en 1992 y Símbolos, en 1994 son los primeros testamentos musicales de la banda. Producidos por Alejandro Marcovich y Adrián Belew respectivamente, estos compactos muestran con certeza que el subterráneo no está peleado con la calidad de una buena producción discográfica.
Concierto acústico en 1995 abre las puertas para que llegue Babel. Más concreto en cuanto a la propuesta temática, este disco producido por Pedro Aznar es recreado en vivo con una escenografía alucinante. Santa Sabina era ya sinónimo de una experiencia más allá de lo musical cuando se trata de una presentación en vivo. Siguió el Unplugged de 1997, material que marcaría el final de la relación entre el grupo y BMG, su compañía discográfica.
El cambio de aires ofrece a Santa Sabina como un grupo consciente de sus expectativas. Producido por ellos mismos, Mar adentro en la sangre ve la luz en el 2000 y se convierte en un éxito. Demuestra además que se puede trabajar alejado de las presiones de los grandes emporios discográficos y trascender. Es así como llega el momento de ascender por la Espiral, es el espacio donde todo comienza y termina, se regenera y rejuvenece. Espacio donde saxofones, clarinetes y violoncellos se suman a la experiencia musical de Santa Sabina.
Para Santa Sabina siempre ha sido importante la utilización de espacios teatrales en la presentación de sus discos. Los elementos poéticos, teatrales y visuales que son una constante en el desarrollo de su obra complementan el lenguaje musical. El grupo aspira a crear una experiencia estética integral, que rebase las expectativas comúnmente asociadas con la música y los conciertos de rock, y por esto nos preocupamos por presentar nuestro trabajo también en circuitos culturales.
El nombre del nuevo disco es Espiral, y cuanto suceda en el escenario contribuirá a recrear este concepto en los espectadores. El espectáculo inicia con la pieza “Sin aliento”, en la que nos preguntamos qué tan a menudo pensamos en la muerte. A partir de ahí, y a través de la interpretación de las otras canciones que reflejan distintos estados anímicos, nos confrontaremos con muchas otras preguntas que surgen cotidianamente en la existencia humana, ascendiendo así por la espiral de esa experiencia que atraviesa momentos de caos, soledad e incertidumbre, pero que llega sin embargo un poco más arriba en cada círculo, hasta pasar a un plano donde la plenitud es una forma de respuesta y culminar con un retorno al elemento sagrado en “Humo canción”, dedicada a la memoria de María Sabina, de quien tomamos nuestro nombre.


SANTA SABINA